AUTOMATIZACION DEL SISTEMA DE RIEGO POR DESPLAZAMIENTO
DESCRIPCION DEL PROBLEMA
Atraves de la historia en los campos de cultivos se ha venido presentando grandes dificultades para el campesino y para su economía frente al abastecimiento hídrico que alimentan los sembrados, para ello se ha generado diversos sistemas de riego tales como por goteo, por aspersión, entre otros.
Con este nuevo sistema de desplazamiento, se realiza un montaje menos complicado, con el que garantiza un nivel más elevado de productividad y eficiencia, disminuyendo el esfuerzo físico y económico del campesino.
INTRODUCCIÓN
Dada la creciente escasez del agua en el planeta, debida a los cambios climáticos y al existir hoy una mayor demanda de los limitados recursos hídricos, el uso eficiente de las aguas superficiales y subterráneas disponibles, empieza a ser crucial. El desarrollo de las granjas autosufientes está ligado estrechamente al suelo y al agua, lo que nos obliga a desarrollar técnicas que permitan conservar las tierras y administrar y utilizar en forma eficiente el agua, tanto desde la captación y conducción.
En la actualidad el uso de sistema de riego por goteo son una alternativa viable, al uso eficiente del agua, principalmente en los cultivos donde este recurso es escaso.
JUSTIFICACIÓN
El objetivo de los sistemas de riego es poner a disposición de los cultivos el agua necesaria para que cubra sus necesidades, complementando la recibida en forma de precipitaciones.
Cuando se trata de distribuir agua por una parcela de cultivo se tropieza con numerosas dificultades, que ocasionan pérdidas e impiden que el agua se reparta de forma homogénea. Siempre es importante tratar de solventar estas dificultades, pero más aún cuando el agua es escasa y cuesta dinero.
Sistema de riego por desplazamiento de eficiencia ya que, con este sistema se logra minimizar las pérdidas por infiltración profunda y lo más importante, se reduce el escurrimiento superficial. Así, el agua aplicada es solamente la que el cultivo requiere para su crecimiento y producción.
Con el sistema de riego por desplazamiento sólo se humedece una parte del suelo, de donde la planta podrá obtener el agua y los nutrientes que necesita e implica riegos más continuos. Estas características del riego por desplazamiento nos dan una serie de ventajas tanto agronómicas como económicas.
Por medio de del sistema de succionamiento de aguas naturales comienza un ciclo de almacenamiento y purificación por medio de filtros y bombas.
En un segundo ciclo se enfoca la distribución de dichas aguas por medio de ductos que tienen como fin alimentar los cultivos a través de un rociador desplazable. El cual es controlado por medio de sensores de humedad.
En un centro de control se encuentran ubicados todos los dispositivos que hacen posible el funcionamiento de dichos ciclos.
OBJETIVOS
Implementar un sistema de riego por desplazamiento para Granjas Autosuficientes.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
*Construir un sistema de distribucion hidrica para abastecer los cultivos.
*Implementar un conjunto de circuitos y sensores para la programacion del sistema de riego .
*Integrar un conjunto de mecanismos (valvulas, motores, filtros, bombas,llaves de paso, ductos, entre otros.) para controlar y medir el nivel de humedad de los cultivos.
CRONOGRAMA AUTOMATIZACION DEL SISTEMA DE RIEGO |
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2013 |
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ACTIVIDADES | 18-abr | 19-abr | 22-abr | 23-abr | 24-abr | 25-abr | 26-abr | |
actividad 1 | X | socializacion | ||||||
actividad 2 | X | investigacion y planeacion del proyecto | ||||||
actividad 3 | X | ejecucion del proyecto | ||||||
desarrollo. 3.1 | X | diseño del blog y prototipo del proyecto | ||||||
desarrollo. 3.2 | X | listado y compra de materiales | ||||||
desarrollo. 3.3 | X | construccion del proyecto | ||||||
actividad 4 | X | exposición de proyecto |
MARCO TEORICO
Estas ideas son un primer paso para lograr el objetivo de planificar y realizar riegos de forma eficiente.
FUNCIONES DEL AGUA EN LAS PLANTAS
En las plantas, como en el resto de seres vivos, el agua desempeña una serie de funciones esenciales sin las cuales no sería posible la vida tal y como la conocemos:
1. Agua de constitución y sostén: aproximadamente el 80% de una planta es agua, denominándose genéricamente al resto de sus componentes materia seca . Esta cantidad de agua es imprescindible para que las plantas mantengan su estructura. Cuando, por la razón que sea, las plantas pierden más agua de la que pueden absorber, se marchitan y todos sus procesos vitales se ven alterados.
2. Transporte: la capacidad del agua para disolver numerosas sustancias le permite actuar como vehículo para el transporte de los nutrientes minerales desde el suelo a los órganos fotosintéticos de las plantas y, a su vez, redistribuir las sustancias elaboradas en las hojas por el resto de la planta. Lo que se conoce como savia no es más que agua con diversas sustancias disueltas.
3. Transpiración y refrigeración: al igual que ocurre en las máquinas inventadas por el hombre, las plantas necesitan para su correcto funcionamiento mantenerse dentro de un intervalo de temperaturas. Cuando ésta sube, las plantas liberan agua por los estomas de las hojas (pequeños orificios en la epidermis), que al evaporarse absorbe calor, consiguiendo finalmente regular la temperatura de la planta.
La pérdida de agua desde las hojas de las plantas se denomina transpiración. Para controlarla, cuentan con la apertura y el cierre de los estomas de las hojas. Pero la transpiración es un fenómeno intrínseco a la naturaleza de los vegetales e inevitable, al menos, por los siguientes motivos:
1. Como las plantas necesitan intercambiar oxígeno y anhídrido carbónico con la atmósfera, los estomas no puedan estar cerrados durante largos períodos de tiempo y, por tanto, las plantas están expuestas a perder agua.
2. La evaporación de agua desde las hojas actúa como una bomba de extracción. Sin ella, la capacidad de las raíces de una planta para absorber agua sería muy limitada y tanto la captación como la circulación de nutrientes se verían afectadas.
EFICIENCIA EN EL USO DEL AGUA
Las plantas no acumulan el agua, la emplean para poder vivir y producir, pero no todas las especies tienen la misma habilidad para aprovecharla. Desde un punto de vista agrícola, se llama eficiencia en el uso del agua a la capacidad que tiene una planta de producir cosecha por cada unidad de agua consumida. Las diferencias entre cultivos son muy llamativas.
Existen especies de plantas adaptadas a vivir en los más diversos ambientes y, como consecuencia de ello, han desarrollado diversos mecanismos para gestionar la abundancia o escasez de agua. Es importante no confundir la eficiencia en el uso del agua con la capacidad de las distintas especies de adaptarse a condiciones de escasez de agua. Algunos de los cultivos más eficientes en el uso de agua, son la patata o la remolacha, no prosperarían de forma adecuada en condiciones de sequía. Por el contrario, cultivos adaptados a sobrevivir con poca agua, como el almendro o la vid, no son los más eficientes en el uso del agua.
CAPACIDAD DE LAS PLANTAS PARA EXTRAER AGUA DEL SUELO
El suelo, por su facultad para retener agua, se asemeja a un depósito del cual las plantas se van nutriendo en función de sus necesidades. Pero no se suele encontrar ni homogéneamente distribuida ni libremente disponible. Para poder absorberla las raíces deben:
1. Localizar el agua.
2. Hacer un esfuerzo de succión para extraerla de los poros del suelo.
No todas las plantas tienen la misma habilidad para realizar estas dos tareas:
1. En primer lugar, existen diferencias importantes entre la capacidad de las raíces para explorar el suelo: las raíces poco densas de una cebolla rara vez llegan más allá de 30 cm, mientras que una remolacha con raíces muy ramificadas puede llegar a varios metros de profundidad.
2. Adicionalmente, el esfuerzo necesario para succionar el agua no repercute de igual forma en la productividad de la planta. Cuando el agua es abundante la presión de succión necesaria para tomarlo es baja (0,3 atmósferas), pero a medida que se agota el agua esta presión va aumentando. Cuando alcanza entre 1 y 2 atmósferas, para algunas plantas como el melón o el pimiento el esfuerzo es muy grande, haciéndoles padecer y disminuir su capacidad productiva, en tanto que otras, como la cebada o la vid, pueden soportarlo sin mayores problemas.
ADAPTACIÓN Y RESPUESTA DE LAS PLANTAS A LA ESCASEZ DE AGUA
Las plantas de climas secos han desarrollado adaptaciones que les permiten afrontar los períodos de escasez de agua en la naturaleza. Estas adaptaciones pueden encuadrarse en tres grandes grupos:
1. Adaptaciones morfológicas. Cambios en su constitución tendente a reducir las pérdidas o a acumular agua:
■ Epidermis de la hoja gruesa y coriácea.
■ Hojas abarquilladas o con abundantes pelos que permiten crear un microclima con más humedad relativa.
■ Reducción del tamaño de las hojas, e incluso desaparición y sustitución por espinas.
■ Tallos suculentos donde se almacena agua.
2. Adaptaciones fisiológicas: Cambios en su funcionamiento, como:
■ Cierre prolongado de los estomas.
■ Marchitez y pérdida de las partes viejas o poco útiles para la reproducción.
3. Adaptaciones fenológicas: Modificaciones en su ciclo de vida para aumentar sus posibilidades de supervivencia:
■ Producción de semillas con germinación escalonada.
■ Ciclos de desarrollo muy cortos.
Todas estas adaptaciones tienen como fin primordial perpetuar la especie, aun en detrimento de su capacidad productiva. Pero el hombre, al seleccionar las plantas que cultiva (básicamente por su capacidad para dar cosechas estables y abundantes) ha ido en dirección contraria, por lo que estos sistemas de protección frente a la falta de agua no suelen presentarse en las variedades usualmente cultivadas. Si añadimos el hecho de que muchos de los cultivos están fuera de su ambiente natural, se entiende fácilmente que los cultivos agrícolas son mucho más sensibles a la falta de agua que sus ancestros silvestres.
MOMENTOS CRÍTICOS EN EL CICLO DE LOS CULTIVOS
La respuesta directa de cualquier cultivo a la falta de agua puede ser una disminución de su rendimiento. Ahora bien, la falta de agua no incide de igual manera en las diferentes fases del desarrollo de un cultivo. Por ejemplo, los cereales toleran, sin pérdida significativa de rendimiento, episodios de sequía al comienzo de su desarrollo (antes de comenzar el crecimiento de la caña) o al final (grano pastoso). Pero son muy sensibles a la falta de agua durante la floración e inicio del llenado del grano (estado lechoso).
2. El agua y el suelo
En esencia, el suelo es un entramado de partículas minerales. Pero estas partículas no están empaquetadas formando una masa compacta, sino que entre ellas existe una intrincada red de poros y canales (canalículos) por los que circula el aire y el agua (figura 1.5).
CAPACIDAD DEL SUELO PARA ALMACENAR AGUA
En un suelo determinado, el porcentaje total de poros y su tamaño va a depender de:
1. La textura: Se denomina textura del suelo a la proporción de los diferentes componentes mineralógicos: arena, limo y arcilla. Estos componentes se diferencian exclusivamente por su tamaño
2. La estructura: Es la forma en que las partículas del suelo se unen formando agregados y dejando entre sí poros o canalículos. Además de la textura, en la formación de la estructura intervienen el contenido en materia orgánica y el manejo que se haga del suelo. De forma genérica, el laboreo intensivo, el pisoteo del ganado y la circulación de la maquinaria en húmedo contribuyen a destruir la estructura de los suelos.
Para la actividad agrícola sería ideal tener un suelo equilibrado, fácil de trabajar, permeable y con buena capacidad de acumulación de agua. Esto es lo que técnicamente se conoce como suelo franco que, desde el punto de vista de su textura, contendría entre 30-50% de arena, 30-50% de limo y 20-30% de arcilla. Un suelo de estas características sería capaz de almacenar unos 300 litros de agua por metro cuadrado de superficie y metro de profundidad.
Al cambiar las proporciones de arena, limo y arcilla cambia también la denominación técnica del suelo y su capacidad para retener agua y de ponerla a disposición de las plantas. Se habla así de suelos arenosos, limosos, arcillosos, arcillo-arenosos, franco-arenosos, franco-arcillosos, etc.
2.2. Caracterización de un suelo desde el punto de vista de la disponibilidad de agua para las plantas
Del volumen total de agua que puede almacenar un suelo, no todo está disponible para las plantas y, del que está disponible, no todo se puede absorber con igual facilidad. Así, se definen los siguientes conceptos:
1. Capacidad de campo. Es el volumen de agua que un suelo puede retener después de saturarlo (encharcarlo) y dejarlo drenar (escurrir) libremente durante 48 horas. La capacidad de campo viene a reflejar el agua que el suelo retiene en los canalículos pequeños, después de que los más grandes se hayan llenado de aire. Cuando un suelo está a capacidad de campo la presión necesaria para comenzar a extraer el agua retenida es baja, de menos de 0,3 atmósferas.
2. Punto de marchitez permanente. Es el contenido de agua de un suelo a partir del cual las plantas no pueden extraer más y, por tanto, se marchitan y mueren. La presión necesaria para comenzar a extraer el agua que contiene un suelo en su punto de marchitez es de 15 atmósferas.
3. Agua útil para las plantas. Es la diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitez.
4. Agua fácilmente utilizable por las plantas. Parte del agua útil que las plantas pueden absorber con poco esfuerzo (0,5-1 atmósferas) y, por tanto, sin merma de su capacidad productiva. El agua fácilmente utilizable depende de cada especie de planta. En agricultura se considera, de forma orientativa, que para los cultivos menos sensibles a la sequía el agua fácilmente utilizable es el 50% del agua útil y para los más sensibles entre 25-30%.
■ Las tierras ligeras (arenosas) son poco productivas, no necesitan mucha lluvia, pero sí que esté bien repartida, o al menos concentrada en la primavera.
■ Las tierras pesadas (arcillosas) son más productivas pero necesitan mojarse bien en invierno para guardar humedad y poder aguantar períodos prolongados sin lluvia. Sin embargo, con lluvias escasas dan malas cosechas.
■ Las tierras medias (francas) son las más seguras produciendo ya que se adaptan mejor a las lluvias irregulares.
OTROS CONCEPTOS SOBRE EL SUELO
Pero es esencial comprender que el suelo, el agua y las plantas mantienen un equilibrio dinámico. Así, el agua cae sobre la superficie, va penetrando por los canalículos y una parte puede alcanzar las capas profundas del suelo y otra volver rápidamente a la atmósfera, bien porque se evapora al incidir el sol sobre el suelo desnudo, bien porque las plantas la transpiran al ser absorbida por las raíces. Por ello, resulta necesario clarificar algunos conceptos:
1. Escorrentía. Es la parte del agua caída sobre un suelo que al no poder absorberse circula por su superficie.
2. Percolación o drenaje. Es el agua del suelo que alcanza profundidades fuera del alcance de las raíces de las plantas.
3. Infiltración. Es el proceso por el cual el agua penetra desde la superficie del suelo hacia capas más profundas. Interesa conocer la velocidad de infiltración, esto es, los litros por metro cuadrado que puede absorber un suelo en una hora sin que se produzca escorrentía.
La infiltración depende de la red de poros o canalículos del suelo y, por tanto, de su textura y estructura, pero no es una propiedad fija del suelo. Así, por ejemplo, un mismo suelo absorbe agua más rápidamente si está seco que si tiene ya cierto grado de humedad, por eso los técnicos distinguen entre infiltración instantánea e infiltración estabilizada.
PERFIL DEL SUELO
En general, las características del suelo varían con la profundidad. A simple vista, cuando se cava una zanja se pueden distinguir capas horizontales diferentes entre sí por su color o aspecto. A cada una de estas capas se las conoce como horizonte del suelo y al conjunto de todas ellas hasta una determinada profundidad se le denomina perfil del suelo.
Conocer el perfil de un suelo y sus distintos horizontes es fundamental para llevar a cabo una estrategia de riego con sentido común, pues nos va a permitir conocer:
1. La profundidad útil que van a explorar las raíces.
2. Si existen diferencias entre los horizontes o capas del suelo, desde el punto de vista de la permeabilidad y el almacenamiento de agua.
TÉCNICAS DE RIEGO
Para juzgar la calidad de un sistema o instalación de riego se emplean algunos conceptos que es necesario conocer.
UNIFORMIDAD DE APLICACIÓN
La uniformidad de aplicación se refiere al hecho de que el agua distribuida llegue por igual a todos los puntos de la parcela regada. Una buena uniformidad garantiza que todas las plantas estén bien regadas, sin que unas reciban agua en exceso y a otras les falte, asegurándose así el desarrollo homogéneo del cultivo y su máxima capacidad productiva.
Aunque en la uniformidad de un riego influyen numerosos factores, de forma general se puede afirmar que con el riego por goteo se consiguen las aplicaciones de agua más uniformes, seguido de la aspersión y por último de los riegos a pie o por gravedad.
La uniformidad de aplicación es una característica propia de cada instalación y parcela. Se puede estimar mediante mediciones en campo y se expresa mediante un porcentaje. Un coeficiente de uniformidad del 80% indicaría que el 80% de la parcela ha recibido la cantidad de agua deseada, mientras que el 20% restante ha sido regado en más o menos cantidad
EFICIENCIA DE APLICACIÓN
Del volumen total de agua destinada a riego que sale de un punto de suministro (embalse o pozo) no todo va a ser aprovechado por las plantas, sino que parte no llegará a su destino por diversas causas. La relación entre estas dos cantidades de agua (la que sale del punto de suministro y la que realmente aprovechan las plantas) es lo que se denomina eficiencia de aplicación. Se expresa mediante un porcentaje.
Una eficiencia del 75% indica que del total del agua bombeada por un pozo sólo el 75% la tomarían las plantas y el 25% restante tendría destinos diferentes.
En el proceso de riego, las pérdidas ocurren en diferentes momentos, pudiendo clasificarse en los siguientes grupos:
1. Pérdidas de transporte. Son las habidas en las conducciones, desde el punto de suministro hasta la parcela de riego. Aquí se incluyen desde las fugas en tuberías y canales hasta la evaporación en el caso de las conducciones abiertas.
2. Pérdidas de aplicación. Engloba a todas las que tienen su origen en la instalación dentro de la parcela de riego. Cabe mencionar tanto las fugas de tuberías como la evaporación que, bajo condiciones de viento y altas temperaturas, tiene lugar en el chorro de los emisores, en las hojas mojadas del cultivo o en la lámina superficial de agua.
3. Pérdidas en el suelo. Una vez en el suelo, el agua puede escurrir al superarse su capacidad de infiltración o al encontrase saturado, e incluso escapar de la profundidad de acción de las raíces percolando a capas profundas.
Al igual que ocurre con la uniformidad, la eficiencia de aplicación es una característica propia de cada instalación. En la eficiencia se incluye el diseño de la instalación, su mantenimiento y su manejo, siendo más fácil conseguir altas eficiencias de aplicación con unos sistemas de riego que con otros.
SISTEMAS DE RIEGO
Todos los sistemas de riego pueden clasificarse en tres categorías esenciales:
1. Riego por gravedad o a pie: La energía que distribuye el agua por la parcela es la derivada de su propio peso, al circular libremente por el terreno a favor de pendiente. Con este método de riego se suele mojar la totalidad del terreno y requiere el reparto del agua mediante surcos, eras, tablares, canteros o alcorques para controlar su distribución
2. Riego por aspersión. El agua es conducida a presión. Al llegar a los emisores (aspersores) produce gotas que mojan todo el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia
3. Riego localizado. Se moja sólo la parte del suelo próxima a las plantas. El agua a baja presión llega mediante tuberías hasta las plantas
Aunque en el riego por gravedad se pueden conseguir buenas eficiencias de aplicación (mediante un diseño adecuado, nivelación de la parcela y buen manejo) sus altos requerimientos en mano de obra hacen que vaya desapareciendo en favor de la aspersión y el goteo. Estos dos sistemas de riego merecen comentarios adicionales.
2.1. RIEGO POR ASPERSIÓN
Al ser el mecanismo responsable de la producción de gotas, el elemento clave en este sistema de riego es el aspersor. Existe una gran variedad de aspersores; los más empleados son:
1. Impacto. El giro se produce mediante el choque de un chorro de agua sobre un brazo metálico provisto de un muelle recuperador.
2. Doble boquilla. La boquilla que no provoca el giro es de mayor diámetro y permite un mayor alcance del chorro.
3. Media presión. Presiones nominales de trabajo que oscilan entre 2,5 y 4 atmósferas, permiten marcos de hasta 18 metros con una buena uniformidad de riego.
Los aspersores van girando lentamente, mojando un círculo de forma progresiva. Para conseguir una buena uniformidad de riego es necesario que varios aspersores se solapen, por eso se instalan en los vértices de un cuadrado cuyo lado oscila entre 1,2 y 1,5 veces el radio del círculo mojado, aunque también se emplean disposiciones triangulares o rectangulares
La combinación entre tipo de boquilla y presión es lo que determina el tamaño de las gotas. No son deseables las gotas demasiado grandes ni demasiado pequeñas. Las grandes tienden a compactar el terreno o producir daños en las hojas, mientras que las pequeñas ocasionan una mala uniformidad y eficiencia, al ser muy sensibles al viento y vaporizarse con rapidez. Cada modelo de aspersor viene caracterizado por unos datos técnicos que reflejan sus condiciones de trabajo ideales: presión nominal de trabajo (atmósferas), caudal de las boquillas (litros por hora), diámetro mojado (metros) y precipitación que producen (litros por metro cuadrado y hora). Conocerlos es imprescindible para saber si se adecuan tanto a las características de una instalación como a las necesidades de riego de un cultivo.
En función de la colocación y movimiento de los puntos de aspersión se habla de:
1. Sistemas de aspersión móviles. Las tuberías y aspersores se cambian de posición manualmente cada vez que es necesario regar una zona de la parcela
2. Sistemas de aspersión fijos. Todas las tuberías están enterradas y el terreno queda bajo la cobertura de aspersores instalados de forma permanente
3. Sistemas de aspersión autopropulsados. Los aspersores están instalados en una estructura que se mueve progresivamente, a medida que se va regando. A esta categoría pertenecen los cañones de largo alcance y los conocidos como pívots. Los cañones, por su largo alcance, no son los equipos de riego ideales, al requerir altas presiones y ser sus chorros muy sensibles al viento, por eso se utilizan básicamente para riegos de apoyo. Por el contrario, los pívots sí representan una de las mejores opciones para el riego de cultivos herbáceos extensivos
Cada sistema tiene sus propias peculiaridades. Desde un punto de vista práctico, cabe destacar las siguientes ventajas e inconvenientes:
1. Sistemas de aspersión móviles. Requieren una menor inversión inicial. Por el contrario, su costo de manejo es muy alto al necesitar mucha mano de obra para los cambios de postura. El traslado de tubos resulta lento y penoso cuando los cultivos alcanzan un cierto desarrollo. Los acoples rápidos de tuberías y aspersores son propensos a fugas. Resulta prácticamente imposible automatizar el riego. La flexibilidad para aplicar riegos frecuentes es muy limitada. Se adaptan a cualquier forma de parcela.
2. Sistemas de aspersión fijos. La inversión inicial es la más alta, pero su costo de operación es muy bajo al no ser necesario el traslado de tuberías y poder automatizarse. Permiten una gran flexibilidad en el manejo del riego y se adaptan a cualquier forma de parcela. Los tubos porta-aspersores fijos condicionan el tráfico de maquinaria.
3. Pívots. La cuantía de la inversión es intermedia a la de los dos casos anteriores. El costo de operación es muy bajo. Se puede automatizar el riego. Sólo se adapta a parcelas de ciertas dimensiones y formas regulares. No condiciona el paso de la maquinaria. La flexibilidad en el manejo del riego está limitada por la velocidad de giro. Los altos caudales de los aspersores pueden provocar importantes escorrentías en los terrenos poco permeables o en el extremo de los pívots largos. Para evitar esto, además de los aspersores clásicos, existe una amplia gama de emisores productores de gotas.
Desde el punto de vista de uniformidad y eficiencia, con los tres sistemas pueden lograrse resultados similares, siempre que las instalaciones estén bien diseñadas y adaptadas a las características del suelo y a las necesidades de los cultivos que van a regar.
La tendencia actual en la modernización de regadíos para cultivos herbáceos extensivos es la instalación de pívots. Y, si por sus dimensiones o forma la parcela no lo permite, la segunda mejor opción es la cobertura fija.
2.2. RIEGO LOCALIZADO
Su objetivo es realizar pequeñas aportaciones de agua, de manera continua y frecuente, en un lugar próximo a la planta, humedeciendo sólo parte del volumen del suelo. Aunque existen diversos sistemas de riego localizado, el ejemplo más típico es el conocido como riego por goteo.
En el riego por goteo el agua se distribuye por tuberías de polietileno a baja presión, en las que a intervalos regulares están colocados los emisores, denominados goteros, responsables de la producción de las gotas. Los diversos tipos de goteros se diferencian en el sistema que usan para disipar la energía proveniente de la presión del agua y producir un flujo constante de gotas. Así, hay goteros tipo vortex, helicoidales, de laberinto, autocompensantes, etc.
Cada gotero está caracterizado por su caudal nominal (expresado en litros por hora) y su rango de presiones de trabajo. Excepto para los goteros autocompensantes, que permiten cierta variabilidad, a cada presión de trabajo le corresponde un caudal. Por eso, para poder planificar los riegos y manejar de forma adecuada una instalación es imprescindible conocer estos valores.
Entre las ventajas e inconvenientes del riego localizado cabe destacar:
■ Alto valor de la inversión inicial.
■ La red de tuberías en superficie hace prácticamente inviable su adopción en cultivos anuales extensivos y grandes superficies.
■ Sensibilidad de los goteros a las obstrucciones, lo que obliga a un equipo de filtrado y cuidados minuciosos.
■ Posibilidad de automatización total.
■ Permite la aplicación de abonos en el agua de riego, adaptándose a las necesidades del cultivo
■ Posibilita el control total sobre el suministro hídrico de las plantas. Esto permite provocar estrés o garantizar una humedad óptima en los momentos del ciclo del cultivo que se desee.
■ Ahorra agua respecto a otros tipos de riego. El posible ahorro deriva de dos aspectos: el primero es la eliminación de pérdidas durante el transporte del agua, al llegar ésta mediante tuberías hasta la propia planta, y el segundo es la reducción de la evaporación directa del suelo al mojarse sólo una parte del terrero. Esta última fuente de ahorro puede llegar a desaparecer cuando el número de goteros es tal que se llega a humedecer toda la superficie del suelo.
De entre todos los sistemas de riego, son las instalaciones de riego por goteo bien diseñadas las que permiten lograr las mayores uniformidades y eficiencias de riego.
Sin duda alguna, hoy en día el riego por goteo es considerado como el mejor sistema para regar cultivos leñosos permanentes y para cultivos hortícolas de alto valor.
Sin embargo, su implantación en grandes superficies de cultivos herbáceos extensivos topa con inconvenientes de tipo económico y práctico; básicamente, su costo poco competitivo y la necesidad de poner y quitar las tuberías porta goteros todos los años.
CONCLUSIÓN
*Los sistemas de riego cada vez son más debido a la mejora y avances en la tecnología. Estos permiten la optimización del recurso agua, debido a que cada vez es más escaza y es un elemento vital para la vida de los seres vivos.
*La evaluación económica demuestra que no todos los cultivos son tecnificables en el riego, y que ello dependerá de su rentabilidad y del costo del proyecto de riego.
BIBLIOGRAFIA
https://assets.wwf.es/downloads/curso_de_riego_definitivo.pdf, Curso de riego para agricultores. Proyecto de autogestión del agua en la agricultura. Coordinación: Alberto F. Lop y Celsa Peiteado de WWF/Adena, y Vicente Bodas de Aliara; Marzo 2005.